lunes, 21 de julio de 2008

Olor a agua.

Hace unos días atrás, cuando entrabamos a el edificio que alberga las piscinas del Chinn Park, mi nieta aspiro hondo y exclamo : - Que rico olor a agua! Olor a agua...pobre mi chiquita , era solo olor a cloro! Fuimos de vacaciones a la playa cuando ella era pequeña, lógicamente no guarda muchos recuerdos de esas vacaciones. Menos que menos el bello olor del mar. Algo mas para acentuar la diferencia de las vivencias, que uno a tenido , con las vivencias de los nietos nacidos en esta tierra.
Casi toda mi vida a transcurrido en Montevideo, mas de la mitad de la ciudad esta sobre la costa del río De la Plata. Kilómetros de espectaculares playas,algunas de ellas bordeadas por una rambla construida en granito rosado. Estéticamente es un deleite ver la rambla contrastando con el mar
y el cielo azul. Nadie es indiferente a la belleza de ese entorno. Los montevideanos, disfrutan mucho de ella.Uno de los mejores pasatiempo,es el ir a sus playas en verano. Caminar su rambla al anochecer , sentarse en ella con los pies balanceándose sobre el agua. O quizá dejar por unas horas transcurrir languidamente la vida, sosteniendo una caña de pescar. Claro que el río, es un río muy especial. En realidad no es un río sino un estuario, y eso le da características diferentes a un río común.Su sabor , su olor, son a mar. Rara vez sus aguas son dulces,la mayor parte del tiempo dependiendo de las corrientes o del viento, sus aguas son saladas como las del océano. Una de sus costas baña la ciudad, la otra se mezcla con las aguas del Océano Atlántico. Desde la costa la vista es igual a la que pueda tener quien este frente a un océano, si miras hacia el horizonte no veras la otra orilla,solo el mar perdiéndose en la distancia.Montevideo es olor a mar,a sal, a agua golpeando los murallones de la rambla.
La exclamación de mi nieta, me hizo notar, que asociare siempre el olor del agua al aroma salino del río.

(Prescindiendo del hecho de que el agua no tiene olor, color ni sabor.)

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